Disparidades regionales en la Unión Europea. Una aproximación a la cuantificación de la cohesión económica y social
El Tratado de la Unión Europea (UE) de 1992 y el texto de la Constitución
para Europa, actualmente en proceso de aprobación por los países miembros,
establecen como uno de los principales objetivos de la Unión el logro de una más
alta cohesión económica y social. La cuantificación de este objetivo incluye un amplio
conjunto de aspectos, aunque no están bien definidos en los distintos documentos
comunitarios. El PIB por habitante se ha tomado normalmente como el indicador
más útil para medir el avance hacia la reducción de las diferencias regionales y
los estudios de convergencia. Ha sido, asimismo, el indicador de referencia para establecer
el carácter elegible de las regiones europeas más atrasadas para recibir fondos
estructurales (regiones «Objetivo 1»). Este indicador se utiliza también para valorar
las mejoras comparativas de las regiones, aunque sin duda es muy simple para
medir adecuadamente los avances hacia una mayor cohesión económica y social. El
objetivo de este artículo es proponer una vía de aproximación más completa para
medir la cohesión y estimar sus resultados, utilizando métodos multicriterio y, en
particular, los del tipo Electre. A tal efecto se utiliza una amplia base de indicadores
económico-sociales y el análisis se centra en la evolución de las regiones que en
1987 eran «Objetivo 1» y en aquellas con un PIB p.c. comprendido entre el 75 y el
100% de la media comunitaria. Los resultados permiten detectar importantes diferencias
en las posiciones y movimientos de las regiones. Esta vía podría constituir
una alternativa para definir las regiones elegibles a efectos de la Política Regional
Comunitaria.
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